A lo largo de los años he podido apreciar los beneficios de mantener un estilo de vida saludable. Recuerdo lo mucho que me gustaba jugar con mis amigos cuando era niño. Salíamos al parque a jugar baloncesto o solo a correr bicicleta y ver quien llegaba primero a la meta. También recuerdo lo divertido que es usar los pasamanos, deslizarse por las chorreras, hacer piruetas y jugar de manos. Realmente nos movíamos de verdad y con ello hacíamos una gran cantidad de ejercicio aunque no lo veíamos de esa manera. Después de todo solo eran juegos y diversión. Creo que no hay mejor motivación que la diversión y la emoción que algunas actividades pueden traer.
Luego fui creciendo y comencé a adquirir nuevas responsabilidades que me fueron alejando de los juegos y la diversión. Recuerdo que cuando estaba en la escuela secundaria intenté hacer un poco de ejercicio ya que siempre fui muy delgado y quería tener músculos más grandes como mis amigos del gimnasio. Para sorpresa mía no pude hacer ni un solo “push-up” o lagartija. Me sentí avergonzado, tenía 16 años de edad y buena salud pero mi condición física era muy pobre. Fue entonces cuando me propuse hacer ejercicios regularmente para fortalecer el cuerpo. Comencé con metas pequeñas y mi primera meta fue poder hacer “push-ups” lo cual luego de varios días intentándolo pude hacer y el número que podía hacer aumentaba cada semana. Convenientemente en esos días instalaron un banco con pesas en la escuela el cual comencé a usar consistentemente. Me di cuenta de la importancia de ser paciente y consistente en todo lo que nos proponemos y luego de unos meses levantando pesas mi físico cambió, haciéndome sentir con más fuerza, energía, mejor apariencia física y una autoestima más alta. Comencé a leer muchas revistas de ejercicio para saber más y decidí hacerme miembro de un gimnasio para tener acceso a mejor equipo y conocer personas con experiencia que me enseñaran más sobre el ejercicio. Eventualmente adquirí un buen físico y aunque no era nada extraordinario alcancé buena forma y conocimiento en el tema. Algunos de mis amigos comenzaban a hacerme preguntas sobre cuáles eran los mejores ejercicios que podían hacer y comencé a entrenar a algunos de ellos solo por que el ejercicio se había convertido en una pasión para mí sin saber que años más tarde se convertiría en mi profesión.
Después de mi graduación decidí unirme al ejército donde serví por 12 años y donde la cultura del ejercicio era evidente debido a los requerimientos militares. Motivado por un amigo en la milicia comencé en el 1994 a practicar artes marciales lo cual era emocionante, divertido y lleno de retos. Era como volver a esos tiempos cuando jugaba de manos y hacia piruetas solo que de una manera formal. El arte marcial es un estilo de vida y un deporte que me dió algo más a que aspirar, me ayudó a ver el ejercicio como algo divertido y no como un aburrido sacrificio. Luego de haber participado de la operación “Iraqi Freedom” decidí dejar la milicia y fue cuando decidí que necesitaba una profesión nueva y debía ser algo que realmente me gustara hacer. Fue entonces cuando decidí estudiar formalmente para ser un Entrenador y ayudar a muchas familias e individuos a mejorar su salud y condición física.
Actualmente me motivan dos cosas, el saber que siempre hay un nivel de destreza y capacidad física que uno puede alcanzar sin importar que tan lejos llegue; y la más importante es la de poder ayudar a familias enteras a conocer un estilo de vida saludable donde disfruten de un nivel mayor de actividad física, buena nutrición y otros hábitos saludables. En varias ocasiones he formado grupos donde familias enteras se reúnen para hacer ejercicios juntos y me siento realizado cuando veo que aunque yo no esté con ellos continúan con los nuevos hábitos saludables de ejercicio y buena nutrición. También me llena de alegría ver cuando los niños pequeños terminan pidiéndoles a sus padres que los lleven a hacer ejercicios todos juntos. No solo hacen ejercicios sino que también se está fomentando la unión familiar. Para los pequeños es diversión y juegos, para nosotros los adultos debe ser igual. Debemos volver a nuestras raíces y participar regularmente de actividades divertidas que aumenten nuestro nivel de actividad física y nos motiven a vivir de forma saludable. Para mí fueron las artes marciales, para ti puede ser el soccer, pelota, baile, baloncesto, natación, correr o alguna otra actividad deportiva. Es hora de que encuentres la tuya y la practiques de forma consistente, de forma recreativa o competitiva. Únete a grupos de personas con metas similares o forma tu propio grupo. Conviértelo en un estilo de vida. Cuando veo que esto ocurre entonces me digo a mí mismo “misión cumplida”.
Un reporte del Centro Nacional para la Prevención de las Enfermedades Crónicas y Promoción de la Salud (CDC) reveló que el 30.7 % de los hispanos en Estados Unidos viven en un estado de obesidad y solo un 45% participan en algún tipo de actividad física no relacionada al trabajo. También indicó que la obesidad es una condición costosa que reduce la calidad de vida, aumenta el riesgo de padecer de enfermedades crónicas prevenibles y aumenta el número de muertes prematuras.
Por la salud y bienestar personal y la de tus seres queridos es hora de encontrar esa actividad física que te motive a llevar un estilo de vida saludable. Comienza hoy.
Comments
Powered by Facebook Comments
About Humberto Toval, CPT, CMT
Connect with Us on These Sites