Te levantas, ayudas a tu familia a prepararse a salir, dejas a los niños en la escuela, te vas a trabajar, regresas, buscas a los niños, haces las tareas, a cocinar y, luego, a preparase a dormir. Entonces, dices y que no puedes entrenar porque los niños no te lo permiten… ¿La realidad? Tú eres responsable de tu cuerpo y eres el ejemplo a seguir para tu familia. Ellos se merecen que tú estés en la mejor condición física. Cierto es que, tú puedes trabajar tu programa de acondicionamiento físico, ¡junto a tu familia! Hazlos que sean parte de una vida saludable. El ver tu determinación, compromiso y dedicación por lograr y mantener una vida saludable y activa hará que ellos también la quieran seguir.
Este proceso de acondicionamiento familiar debe comenzar la noche antes. Asegúrate que programes de ocho a doce horas de sueño para todos en el hogar. Cuando no se duerme lo suficiente, el cuerpo amanece hinchado, reteniendo toxinas. Procura, también, evitar carbohidratos procesados al menos cuatro a seis horas antes de acostarse. No los necesitan, ¡a menos que hagan una clase de ciclismo estacionario a las nueve de la noche! Hacer una simple rutina de estiramiento, con los tuyos, oxigena los músculos y afloja las articulaciones, preparándote para una profunda noche de descanso.
Durante el día, realmente tienen muchas opciones para acondicionar sus cuerpos. Antes de desayunar, realicen 60 repeticiones de ejercicio abdominal, variándolos cada día o cada semana. ¡Esto te tomara solamente un minuto! Antes de la cena, pueden competir en quien realiza más sentadillas o “squads”. Para esto puedes usar una silla pesada que no se corra o el descanso del brazo de un sofá. Si tienen escaleras o un muro bajito, pueden añadir los desplantes o “lunges”. También, pueden realizar lagartijas o “push-ups” en la pared, mostrador/mesa o en el piso. Para los días libres, pueden planificar actividades más recreativas como brincar cuica, o bailar el hulla-hoop; o, actividades más deportivas como baloncesto o el balompié. Aunque, probablemente, ¡tus hijos sean los que mejor ejecuten estas actividades- aprovéchalos! También tienes, como otra opción, iniciar un proyecto familiar específico como participar en una bicicletada o una caminata. No importa la actividad que hagas, anótalas en una pizarra visible por todos en la familia y les servirá como guía del buen trabajo que están realizando.
Finalmente, el ejercicio puede convertirse en un hábito para todos en el hogar, si siguen los consejos de la Sociedad para la Educación en Salud Pública en Washington, DC. Ellos recomiendan que hagan un plan escrito que sea simple y realista. Que comiencen con pequeños cambios. Si han estado inactivos aumenten su actividad hasta que puedan ejercitarse, al menos, durante 30 minutos al día. Que aprendan a amar el cambio. La variedad en el ejercicio y en la vida reduce el aburrimiento. Que elijan una pareja. Trabajar en equipo permite compartir los logros. Y, por último, que premien a sus logros de manera significativa. Especialmente, porque por primera vez comenzaron a hacer ejercicio.
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